Una de las lesiones más comunes que se suelen sufrir en la vida diaria son los esguinces de tobillo. Los esguinces más habituales son en la parte externa del pie, y ocurren por un movimiento del pie hacia dentro que genera una tensión que daña el ligamento.
Los esguinces se clasifican en grado I, II o III; dependiendo si hay una simple distensión del ligamento, si hay una rotura parcial del ligamento o si la rotura es total. Si se produce un hematoma en el tobillo significará que al menos es una lesión de grado II porque nos indica rotura de tejidos con su correspondiente sangrado. Destacamos que las lesiones más habituales son el grado I y II, siendo el grado III muy poco común.
En ocasiones pueden existir complicaciones al sufrir un esguince de tobillo, siendo las más comunes pequeñas fisuras o fracturas que deben ser diagnosticadas mediante un estudio radiográfico. En caso de duda siempre acudir a un profesional sanitario (fisioterapeuta o médico) de manera rápida para ser valorado y/o derivado en caso de necesidad.
Las lesiones óseas más frecuentes suelen ser una fractura en la base del 5º metatarsiano por arrancamiento del tendón del músculo peroneo o fisuras en la parte distal de tibia o peroné.
Actualmente en la fase aguda de la lesión se maneja el término en inglés POLICE. Esto significa:
- P = Protection
- OL = Optimal Loading
- I = Ice
- C = Compresion
- E = Elevation
Se recomienda una protección de la zona para que se facilite el proceso de curación, en el que no debemos forzar el tobillo y parar temporalmente si es necesario la actividad deportiva o laboral; o incluso el uso de ayudas técnicas como unas muletas o un vendaje por ejemplo. El término Optimal Loading quizás sea lo más importante, ya que actualmente no se recomienda reposo absoluto y se debe apoyar el pie todo lo que se pueda mediante una carga óptima. Esto se hace para facilitar la disminución de la inflamación de los tejidos por activación de la circulación o para mantener la movilidad articular entre muchas otras cosas. El hielo ayuda a bajar la inflamación, disminuye el dolor y acorta el plazo de recuperación. La compresión mediante un vendaje compresivo o un vendaje funcional ayudará a contener la inflamación existente y a que no aumente, facilitando también un mejor apoyo y con menos dolor. Por último, elevar el miembro inferior mientras descansamos ayudará a una mejor circulación de la zona.
Es importante saber que desde un primer momento el fisioterapeuta nos podrá ayudar empezando el tratamiento de recuperación. En una primera fase aguda está indicada la movilización del tobillo y demás articulaciones del pie, empezar a recuperar el ligamento lesionado, ayudar a bajar la inflamación de la zona mediante drenaje y masaje, eliminar tensiones musculares de músculos como los peroneos que pueden presentar tensión, etc.
Una vez pasada la primera fase aguda de la lesión es importante acudir a consulta para ver si existe una limitación de la movilidad articular del tobillo (la más frecuente es la limitación de la flexión dorsal), dolor residual en zona del ligamento, debilidad de la musculatura o pérdida de equilibrio propioceptivo en el tobillo. Esto nos ayudará a una recuperación total y sobretodo a evitar recidivas y esguinces mal curados que pueden generar molestias durante años posteriores.
Artículo escrito por Miguel Carús Arcas (fisioterapeuta de Mobilis Fisioterapia) para www.tusaluddesdecasa.com. Portal médico en el que también pasa consulta vía on-line.